5 de agosto de 2011.–Un proyecto de Ley sobre Propiedad Intelectual que propuso el entonces Ministro de Comercio, Eduardo Samán, habría sido anulado gracias a una maniobra de la Cámara Venezolana de Medicamentos (CAVEME), que afirma haber utilizado a la abogada Hildegard Rondon de Sanso para redactar un proyecto de ley alternativo y «en lenguaje chavista», pero más cónsono con los intereses de las empresas farmacéuticas transnacionales.
Según un cable divulgado por Wikileaks, fechado el 11 de febrero de 2010, un consultor legal de la Cámara Venezolana de Medicamentos, Fernando Allende, se reunió el 25 de enero con el Encargado de Asuntos Económicos de la Embajada estadounidense en Caracas.
Allí le informó que una propuesta de reforma a la ley de Propiedad Intelectual hecha por el entonces ministro Eduardo Samán, «no tenía ‘ninguna oportunidad” de ser aprobada.
El proyecto de Ley de Samán les había causado preocupación, “porque podría sustituir los derechos de propiedad intelectual por ‘concesiones’ entregadas por el gobierno venezolano, que podían ser explotadas localmente por un período de un año» y podrían ser revocadas en cualquier momento.
La propuesta de Samán tenía por objeto regular las patentes, que se otorgan a empresas farmacéuticas por un período de hasta 20 años para la explotación exclusiva de un producto.
Las beneficiarias de estas patentes vendían a precios excesivamente altos los medicamentos, aprovechándose del monopolio que les daba la patente otorgada. Samán también denunciaba que muchos laboratorios hacían modificaciones insignificantes a sus productos con el fin de patentarlos y mantener la exclusividad de su explotación.
«Mientras tanto, CAVEME propuso silenciosamente su propia ley de propiedad intelectual ‘escrita en un lenguaje chavista’ y entregada a funcionarios del gobierno venezolano para poder socavar el proyecto de Samán», dice el cable publicado por Wikileaks.
«CAVEME ha redactado una propuesta con la ayuda de la doctora Hildegard Rondon de Sanso, la muy bien conectada suegra del presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, que ‘destruirá el proyecto de Samán’.»
Allende explicó que «CAVEME ha sido muy cuidadosa en evitar confrontaciones abiertas con el gobierno bolivariano en torno a las leyes sobre patentes, porque Venezuela es un gran mercado para las farmacéuticas, y los productos patentados representan una pequeña fracción de las ventas totales: El total de ventas de las farmacéuticas en Venezuela es de 6 mil millones de dólares al año, mientras que la pequeña cantidad de productos farmacéuticos patentados en el mercado venezolano tienen un valor anual de apenas 100 millones de dólares.
Stefano Zampa, presidente ejecutivo de CAVEME, dijo que el gobierno venezolano considera a las compañías farmacéuticas ‘un mal necesario’ (…) y que las compañías farmacéuticas internacionales esperan tener otro buen año en Venezuela, siempre que el gobierno no introduzca nuevos controles.»
Allende también informó a la embajada que supuestamente Samán era utilizado por el gobierno para asustar a sus oponentes con ideas extremas. Según el empleado de CAVEME, ni la Asamblea Nacional ni el gobierno apoyarían el proyecto por considerarlo “una barbaridad” y que, dada la cercanía de las elecciones legislativas de 2010, lo más probable era que jalaran a Samán para atrás, «como a un perro con una correa».
Esto fue informado en un cable enviado por la Embajada estadounidense en Caracas el 11 de febrero de 2010. Casualmente dos días después, el 13 de febrero de 2010, el Presidente Chávez anunció la salida de Eduardo Samán del Ministerio de Comercio, y su sustitución por Richard Canaan.
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Fuente:
http://www.aporrea.org/tiburon/n187996.html