CARACAS.– Venezuela es un país rico. Recibe al año más de 100 mil millones de dólares por concepto de venta de petróleo.
Pero además tiene gas, hierro oro, bauxita y coltán…
Es un país bendecido por sus riquezas naturales, que sin embargo, no le han valido para frenar los homicidios y delitos de todo tipo.
En 2013 hubo 24 mil muertes violentas, y un año antes, 21.692 (Observatorio Venezolano de Violencia).
Con esas cifras, se ubica entre los 10 países, sin guerra, con más homicidios y violentos del planeta.
La violencia se reflejó en Venezuela en la década de los ochenta, y se disparó en los noventa, producto de la severa crisis que padeció el país.
Cuando el fallecido Presidente Chávez llegó al poder, en 1999, se consiguió un país con 4.550 homicidios/año. Se dijo entonces, que los disminuirían, pues su fuente estaba en la pobreza.
15 años después, se cuadruplicaron. El gobierno abatió la pobreza tradicional, así como la extrema, e invirtió más de 500 mil millones de dólares en programas sociales en ese tiempo, pero la matanza continuó.
¿Qué lleva a los venezolanos a matar con saña, con crueldad, sin compasión? Las respuestas que dan los especialistas apuntan a la impunidad existente en el país.
Más del 90% de los asesinatos, o cualquier otro delito, quedan impune.
Un fiscal puede llegar a tener más de 400 expedientes al año, con lo cual ni técnica, ni humanamente puede abocarse a resolver todos los casos.
El 35% de los delitos son cometidos por los cuerpos policiales. A esto se agrega, que en las 40 cárceles existentes, se fraguan la mayoría de los secuestros y asesinatos por encargo que suceden en el país.
El Estado no ha podido depurar las cárceles, que entre 1997-2011, hubo más de 7 mil masacrados (Provea), y seguirá habiendo, no hay dudas, mientras las autoridades no actúen con firmeza frente al crimen e infractores.
Pese a que los índices sociales son los mejores en Venezuela son los mejores de Latinoamérica (pobreza en 25%, pobreza extrema: 6%; desempleo: 7% índice Gini: 0,41), la inseguridad no deja de crecer.
Una contradicción, explicada por especialistas porque las instituciones no han sido lo suficientemente diligentes como para atacar el problema con rigor y cero tolerancia a la impunidad.
Al la fecha, el gobierno ha ejecutado 21 planes de seguridad, unos más malos que el anterior, y los malandros siguen tan campantes; robando en motos, en autopistas, metro, secuestros, calles; sicarios que por 5 mil bolívares (unos 800 dólares) asesinan sin piedad; millones de armas en las calles, y más de 200 mil funcionarios de seguridad que no pueden con los antisociales.
El gobierno, ha sacado la Guardia Nacional a las calles para tratar de contener el envión de los malhechores. Ha cuadriculado con patrullajes inteligentes a los municipios y estados más peligros del país, pero nada parece dar resultado.
Primero se emigraba por las condiciones económicas. Ahora es todo lo contrario, se van del país miles de venezolanos por la inseguridad.
Entre 2005-2010 la cifra de emigrantes venezolanos casi se duplicó, al pasar de 380 a 530 mil, de acuerdo a la profesora de la UCAB, Anitza Freitez.
La mayoría jóvenes, profesionales, que buscan nuevos derroteros y que no tienen posibilidades de alquilar vivienda, comprar un carro, y muchos menos, salir tranquilos en las noches, sin temor a que los atraquen o maten.
Rubén Marcano// InfomeOnline