Estamos más idiotas aún y ahora hay más pruebas. Más estudios de psicólogos, neurólogos, pedagogos… Carr profundiza en este asunto y advierte del peligro que supone para la mente delegar todas sus tareas en la tecnología, en su nuevo libro The Shallows: What the Internet is Doing to Our Brains.
Lo voy a explicar de dos formas. La 1 es para heavy users y la 2 para lectores de libro (esto exige impresión del texto).
1. Para los que están todo el día navegando y totalmente dispersos, con decirles que Internet aumenta la tendencia de la mente a dispersar su concentración y que muchos estudios han demostrado que los “heavy users” tienen menos capacidad de retención y de análisis ya es suficiente (están a punto de llegar los 56 segundos de media que un estadounidense [tú también vales, aunque no seas de allí] pasa mirando una web, según Nielsen, y sólo me queda tiempo para decir una cosa más). El pensamiento del internauta se vuelve más superficial. Así que ahora te irás, aburrido, a seguir dando saltos de página en página para luego no acordarte ni de qué has visto.
2. Para los que aún leen libros queda alguna esperanza. Y como son capaces de aguantar un rato concentrados en una única cosa le daremos la versión larga.