Desde su nacimiento en 2006, hemos escuchado toda clase de definiciones de Wikileaks: una página web, una organización terrorista, un servicio de filtraciones, un grupo para fomentar la transparencia de los Gobiernos, el primer medio de comunicación no asociado a un Estado… La dificultad para establecer qué es Wikileaks y qué hace su fundador, Julian Assange, es el principal obstáculo a la hora de condenar legalmente sus actuaciones.