El portavoz del sindicato de controladores USCA, Javier Zanón, denunció que la Guardia Civil los había obligado a trabajar «a punta de pistola” a algunos compañeros suyos que se encontraban descansando en el centro de control de Son Sant Joan, bajo “la amenaza de llevarlos al calabozo”.
Así, explicó que agentes de la Benemérita llegaron en la mañana de ayer a las salas de control, donde se encontraban algunos, los obligaron a sentarse, bajo amenaza de detenerlos en caso de que se negaran.
Si bien Zanón advitió de que hay “tal crisis de ansiedad” en este colectivo, que cabe la posibilidad de que algunos trabajadores consideren que “no están en condiciones psicofísicas” para desarrollar su labor. En este sentido, recordó que los controladores tienen la obligación por Ley de trabajar en condiciones psicofísicas, de forma que si no lo hacen, “pueden enfrentarse a penas de cárcel y a multas de hasta 200.000 euros”.
Así, señaló que, pese al “ataque de ansiedad masivo” que se ha producido en el colectivo de controladores en las últimas horas, los trabajadores que se incorporen garantizarán la seguridad de los pasajeros, una vez se reabra el espacio aéreo del archipiélago.
El portavoz César Cabo aseguró que ha sido “muy difícil convencer” a los controladores de que volvieran hoy a sus puestos de trabajo, ya que se trata de “una plantilla muy castigada”. Cabo, en declaraciones a Europa Press, indicó que el colectivo “sufrió ayer una provocación en forma de decreto ley, en la víspera de uno de los puentes más importantes del año”. Asimismo, afirmó que espera que “se recupere la normalidad en los aeropuertos cuanto antes”, en cuanto se vayan incorporando los controladores en la próximas horas. Europa Press