El viceprimer ministro chino, Wang Qishan, ha declarado su respaldo a los esfuerzos que realiza la Unión Europea en apoyar a los países de la eurozona que atraviesan dificultades. “Son esfuerzos que tarde o temprano provocarán el efecto deseado”, aseguró. Y cómo no: si tiene bajo la manga una solución real de alivio para la deuda europea, con más de 900.000 millones de dólares en efectivo, disponibles para adquirir los bonos de deuda soberana que causan tantos dolores de cabeza a Bill Gross y Mohamed El-Erian, los ejecutivos de Pimco que el lunes abogaron por la salida del euro de Grecia, Irlanda y Portugal.
Nadie desconoce a estas alturas que la estabilidad lograda por China durante la crisis se debe al plan de estímulo por 585 mil millones de dólares impulsado en noviembre de 2008, tras la G-20 de Washington. La diferencia crucial con Europa y Estados Unidos fue que mientras estos países se dedicaron a rescatar a instituciones financieras, China se dedicó a apoyar a empresas sólidas y creadoras de empleo. Por eso China puede ahora tender una mano a Europa con su problema de los bonos de deuda soberana.
Esta auténtica operación de rescate, no deja de ser relevante en una Europa convulsionada por los ataques especulativos y sitiada por los anuncios de las agencias de calificación de riesgo. Justo en los momentos en que Moody y Fitch han degradado nuevamente la calidad de la deuda de España y Portugal, China hace oídos sordos a esos anuncios demostrando que son informaciones ridículas e interesadas. Tan interesadas como los turbios arreglos que involucraron a Lehman Brothers con Ernst & Young, para engañar a la gente.
Por eso que la operación de rescate de China, con sus 900 mil millones de dólares en efectivo, será es un golpe lo suficientemente potente como para adormecer la propuesta lanzada el lunes por Pimco de que Grecia, Irlanda y Portugal deben abandonar el euro. El fondo del gobierno chino, China Investment Corporation, tiene un arsenal muy poderoso para ganar la batalla especulativa que encabezan Bill Gross y Mohamed El-Erian.
Y aunque Estados Unidos ha sido y es el mayor cliente de China, esta vez es Europa la que se lleva el premio. Con esta operación, China proclama su salida de las inversiones en deuda pública de Estados Unidos, que le permitieron el gran despilfarro. El gigante asiático ha sido el gran financista de la primera economía del planeta. Pero las debilidades que acusa esta economía han quedado al descubierto: Estados Unidos se asfixia por deudas que se reproducen día a día, y que no tiene como pagar, dando comienzo a un proceso de largo y continuo deterioro imposible de revertir. BLOG SALMON