“Caracas es un ejemplo bastante exacto de lo que no debe ser una ciudad”, porque no hay espacios públicos, salvo los centros comerciales, ni hay una fortaleza institucional que permita dirimir los conflictos, lo que ocasiona que los ciudadanos traten de resolver los conflictos directamente.
“Además, la densidad poblacional de Caracas es muy alta. La promiscuidad y las propias fallas de los servicios generan agresividad y una especie de paranoia colectiva que tiende a la violencia. Esto tiene un agregado político que antes no existía y que divide a la ciudad en zonas. Los ciudadanos han sido expulsados del espacio público. Los dueños ahora son los delincuentes”, denuncia el Secretario general de la UCV, Amalio Belmonte. MAS DETALLES