La propuesta, producto de los presuntos vínculos que Chávez mantiene con Irán y con organizaciones terroristas, está siendo adelantada por el congresista republicano por la Florida, Connie Mack, y actualmente cuenta con el respaldo de sólo 37 de sus colegas, una décima parte de los 435 escaños que conforman la cámara.
Pese a señales de que el presidente Hugo Chávez comienza a agotar la paciencia de Washington, los esfuerzos en el Congreso estadounidense por conseguir la aplicación de sanciones contra Venezuela aún siguen en pañales, al tiempo que la comunidad venezolana en Miami se muestra dividida en torno a la medida.
«En la medida que los nuevos miembros del Congreso aprenden más y más sobre quién es Hugo Chávez, y lo que está haciendo, se encolerizan y se manifiestan dispuestos a respaldar la medida», señaló. MAS DETALLES