Pero no sólo las relaciones económicas son fundamentales con estos países. Europa y Estados Unidos llevan años permitiendo las dictaduras, siempre marcadas por la corrupción, con el objetivo de que no aumente el fundamentalismo islámico. El 98 por ciento de la población de los países norteafricanos son de religión musulmana, pero la organización del estado no está sustentada en la religión como otros países como Iran, Irak o Pakistán.
Si estos estados norteafricanos siguen bajo este control autoritario y no se genera ese fundamentalismo islámico, Europa y Estados Unidos están tranquilos. Les da igual si se producen asesinatos, si hay detenciones políticas, si no hay un mínimo de libertades… mientras esto ocurra lejos de nuestras ventanas, todo está en su sitio. MAS DETALLES