En diciembre de 2009 en cadena nacional el Presidente Chávez, con relación a la fuga del banquero Eligio Cedeño, dijo: «Es más grave que un juez libere a un bandido que el bandido mismo».
La jueza que llevaba el caso era María Lourde Afiuni, de quien el periodista José Luis Carpio en su columna La Clave, dice que supuestamente estaba involucrada sentimentalmente con el prófugo. Agrega el comunicador que la evasión se facilitó también por la intervención de los hermanos Guevara, sentenciados por la muerte del fiscal Danilo Anderson, y un fajo de dólares.
A la fecha, una simple búsqueda en Google, con el nombre de la ex jueza, arroja más de 37 mil registro informativos del caso, que evidencia la importancia mediática que suscita
Ese interés -que en cualquier otra persona, o incluso un juez, no tendría tanto impacto en los medios-, no es gratuito.
Cedeño es, presuntamente, uno de los personajes más activos en Miami para derrocar al Presidente Chávez, y a su vez es financista de varios medios de comunicación en el país. De allí nace el interés por la jueza, que facilitó su excarcelación, según el Primer Mandatario y la fiscal Luisa Ortega Díaz.
Los medios en Venezuela y en el mundo no actúan por amor a la verdad o la objetividad, sino que lo hacen con intereses ya sean políticos económicos o de cualquier índole. Y esto queda patente con las revueltas en Túnez y Egipto, ambos países dominados por férreas dictaduras pero que para los EEUU y la UE, eran prsidentes amigos, y por extensión, para los medios también