«Mi compañero creía que eran fuegos pirotécnicos y le pegó un grito a quien creía estaba lanzándolos. El agresor, al advertir el llamado de atención, dejó de disparar a tres bomberos para irse contra mi».
José Ruiz le salvó la vida a José Daza, Félix Sánchez y Edgar Sosa. Ruiz fue perseguido a punta de disparos y buscó protegerse metiéndose debajo de los camiones y ambulancias del cuerpo de bomberos mientras el delincuente le disparaba a mansalva. Justamente cuando estaba a un metro de la humanidad del bombero y le dijo «te voy a matar» se quedó sin balas». Este es el testimonio de Félix Sánchez, quien se encontraba la noche de los hechos en el cuerpo de Bomberos de San Cristóbal.
Sánchez no es bombero, su padre fue comandante de esa institución. El domingo estaba visitando a sus amigos, como suele hacerlo. «De repente, alguien entró disparando sin decir ninguna palabra, mis amigos y yo corríamos huyéndole a las balas, nunca escuché tantos disparos. Uno nos disparaba a Edgar Sosa, José Daza y a mí, yo me arrastraba y el grito de Ruiz distrajo al delincuente. Mis amigos resultaron heridos, yo no».
Leopoldo Hernández, Marcos Morales, Edgar Sosa y Luis Angulo están fuera de peligro, mientras que ayer intervinieron quirúrgicamente a Gregory Vargas. Clender Morales y José Daza esperan salir de UCI en los próximos días, según declaró Yuri Bermúdez, inspector general del cuerpo de Bomberos.
Sánchez atribuyó «al alma de mi padre» que al asesino se le acabaran las balas justo cuando ya lo iban a matar. EL UNIVERSAL