10.- La carretera de Ulan Bator, Mongolia. Mongolia es la nación independiente con menor densidad de población de toda la Tierra. Poco más de dos millones y medio de personas (un 30% de ellas nómadas) se reparten una extensión de millón y medio largo de milómetros cuadrados. En todo el país sólo hay 2.500 kilómetros de carreteras asfaltadas, y todas ellas salen o llegan a la capital del país, que concentra un tercio de la población. La segunda ciudad más grande del país, Erdenet, apenas alcanza los ochenta mil habitantes. Mongolia está formado casi en su totalidad por terrenos desérticos, estepas o zonas montañosas. Con semejantes mimbres no es de extrañar que las escasas carreteras asfaltadas no estén demasiado transitadas, ni siquiera durante los cortos veranos mongoles. En todo el país hay ciento cuarenta mil vehículos; más de la mitad de ellos están en la capital. En esas condiciones viajar por las carreteras mongolas es una aventura. Sólo las cuatro o cinco ciudades más grandes del país están conectadas a través de una carretera asfaltada. La más importante de todas, de hecho, une las fronteras china y rusa, pasando por la capital. Pero nada, o apenas nada más. No hay gasolineras, servicios ni tampoco prácticamente pueblos. Tampoco hay vehículos de tracción a motor. Sólo algunos moteros se aventuran a cruzar semejante desierto (el del Gobi, concretamente), sin más ayuda que la que puedan procurarse ellos mismos, y tratando de esquivar el ganado que frecuentemente invade la calzada. Las carreteras están tan vacías como el propio país. MAS DETALLES