Egipto, Túnez, Yemen, Argelia, países africanos, todos se han alzado contra sus gobernantes, la mayoría de ellos, aliados a Europa y EEUU. Las revueltas sociales no se detendrán mientra crezca el hambre y los especuladores sigan apostando a invertir en los alimentos para ganar dinero.
Esta semana se supo que el Indice de precios FAO (NAciones Unidas) subió por encima de los peores niveles de 2008, año marcado por las protestas en muchos países.
El tenor es el mismo: el hambre. La mayoría de seres humanos que aún viven con menos de dos dólares, no pueden comprar un plato de arroz.
La burbuja especulativa inmobiliaria, se trasladó a los alimentos, que siguen subiendo, y en ese sentido, el hambre empuja a las personas a enfrentar a régimenes como el de Túnez o Egipto, que meses atrás era impesable que cayeran derrocados por la voluntad popular
La reservar Federal de los EEUU, imprime villetes verdes sin contemplaciones, para detener el avance de China. Están inundando al mundo con dólares y las inflaciones en las grandes economía como la brasileña, la indú y la china, crecen.
No está bien el mundo. El capitalismo no está bien, y los medios no pueden continuar sosteniendo esa mentira porque les estallas las revueltas sociales en su cara. No es Twitter, no es Facebook que animan a las personas, es el hambre, el desempleo, las injusticias sociales, el desepero por hacerse un espacio en la sociedad que los trate como seres humanos.
Economistas plantean que China releve a EEUU en el mundo como la economía más podoerosa. Recomiendan que el dólar deje de ser el patrón, la referencia para las transacciones, y de paso al Yuan chino. La guerra de divisas sigue en marcha, y los países pobres incuban los gérmenes de la protestas.
El hambre, el hambre ese es el mayor detonante de esta década que se inicia, y que tiene como principal responsables a las políticas erradas de EEUU y los poderosos países de la Unión Europea.
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