Cuando en 1974 el dramaturgo italiano Dario Fo escribió la obra «¡No pago! No pago!” no se podía imaginar que sería el inspirador de un movimiento en la Grecia del siglo siguiente.
Pero mover a la gente contra el pago de peajes, billetes de transporte colectivo, facturas, letras de préstamos y tarjetas, pero también incluso de profesionales, como abogados, se agiganta últimamente convertido en un “no” generalizado y rotundo a todos los compromisos financieros.
La mayoría de las estaciones de peaje, su alto precio en relación con la mala calidad de la red de carreteras, fueron, para muchos conductores, los residentes de las ciudades de provincia, el «pañuelo rojo» para «declarar» hace dos años una revolución informal en contra de los peajes. Inicialmente, el movimiento tuvo carácter local, pero con el tiempo y la crisis económica mediante se extendió. Sin embargo, a pesar de la impresión de que el fenómeno ha adquirido proporciones alarmantes, las cifras oficiales del Ministerio de Infraestructuras indican que el humo no es equivalente al fuego. MAS DETALLES