En dos oportunidades el presidente de la Asambla Nacional, Fernando Soto Rojas, ha cortado el sonido en la plenaria, por límite de tiempo, de la diputada Cilia Flores. La primera vez, hubo molestias, pero todo quedó en gestos y miradas penentrantes.
La segunda, el pasado jueves, Cilia solicitó refuerzos para enfrentar lo que considera un irrespeto a su persona, que viene de presidir la Asamblea Nacional.
El viernes por la noche, el Canciller Nicolás Maduro, se acercó al Palacio Legislativo, como siempre lo hacía desde que Flores era presidenta de la institución. Pero esta vez, solicitó reunirse con Soto Rojas. Allí reclamó la actitud de haber dejado mal parada a su camarada en plena sesión y en cadena nacional.
Supuestamete Soto Rojos defendió el Reglamento, que la misma diputada suscribió, dijo una fuente parlamentaria. Maduro le espetó que a Cilia no la irrespetara, a lo que el actual presidente de la AN respondió que las reglas deben ser acatadas por todos, sin excepción.
Rojas goza de la confianza del Presidente Chávez, pero no de Maduro, quien luego de la salidad de José Vicente y Diosdado es un poder en la sombra, al igual que Rafael Ramírez. Una fuente dijo que de no arreglarse la situación, los días están contados para el oriundo de Falcón.
Otra fuente agregó que pese a los deslices de Rojas en las plenarias, ha aplicado el reglamento sin distingos ni preferencias, y eso hay que reconocer, pero meterse con un poder como Cilia Flores, tendrá sus consecuencias.
Cuando flores fue presidenta de la AN, utilizó con mano de hierro y discresión el uso del tiempo en las intervenciones de sus colegas. Recordado son los casos de los opositores Pastora Medina e Ismael García, que pese a que la parlamentaria por el Distro Capital hacía esfuerzo por escuchar sus plantamientos, se notaba en sus gestos corporales y tono de voz la incomodidad
La fuente dijo que Flores está recibiendo la misma medicina que aplicó cuando fue presidenta.
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