«¿Sabes lo peor de todo? Ver en la televisión a una japonesa buscando a sus padres… ver que encuentran a sus padres vivos y que no corre a abrazarlos, no hace nada ni los toca… Sólo coge al perro que llevaba su padre en manos, se pone a llorar y salen los tres andando. ¿Acaso no es triste?«
Una catástrofe natural cede inmediatamente el paso a sus desgraciados protagonistas. Echando la vista atrás, tragedias como las de Haití o Indonesia continúan en la retina, condimentadas por los efectos colaterales como el hambre, las enfermedades, los robos o el caos social. Las historias personales afloran y alimentan el trabajo de los enviados especiales a las llamadas ‘zonas cero’. MAS DETALLES