«En el momento en que me diagnostican pensé que me iba a morir. Estaba casi segura que me iba a morir. Los médicos me dijeron que era bastante avanzado, que era un gran riesgo», le dice a BBC Mundo.
«Pensé que mi esposo se iba a quedar solo con mi hija. Me imaginé mi vida sin mí básicamente. Pero luego de unos días, de ese shock, uno empieza a trabajar en pro a curarse».
Ese trabajo incluyó apegarse a su hija Miranda, quien en ese entonces tenía seis meses, a su esposo y al resto de su familia. Pero también al trabajo.
Ekvall continuó en televisión. La necesidad de desviar su mente y de estar ocupada la llevó a aferrarse a su actividad profesional para sobrevivir.
«Trabajé muchísimo. Nunca había trabajado tanto. Ocupé la mente tal vez hasta en exceso. No evadiendo el problema», aclara. MAS DETALLES