No somos marionetas en manos del azar. La vida no es un accidente regido por la suerte ni las coincidencias. Por más que nos cueste creerlo, recogemos lo que sembramos. Veamos la vida como un continuo aprendizaje.
Formamos parte de una sociedad materialista, desencantada del mundo en el que vivimos. Por eso, en general solemos creer que nuestra vida es un accidente regido por la suerte y las coincidencias.
Es decir, que no importan nuestras decisiones y nuestras acciones, pues en última instancia las cosas pasan por «casualidad». Esta visión nos convierte en meras marionetas en manos del azar. MAS DETALLES