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Los «Best Seller» que se escribieron bajo influencia etílica

14 marzo, 2011

Existe un añejo debate entre si el uso de drogas psicoactivas puede potenciar los alcances de un escritor, favoreciendo su prosa o su poesía, llevándolo a jardines alternativos de realidad donde puede fluir el Logos de forma cristalina (lengua crisálida), o si alterar los sentidos es siempre un embotamiento de la lucidez concienzuda y permanente de quien encuentra la claridad en la esencia inalterable de las cosas. La respuesta es sí.

Evidentemente utilizar ciertas sustancias químicas o naturales puede aguzar el hemisferio cerebral encargado de procesar el lenguaje, llegando a veces a la hiperestesia del verbo. También es evidente que para muchas personas -psiques únicas- consumir drogas puede distorsionar su percepción, y abusarlas puede hacerles perder la magia natural.

De cualquier forma la relación entre las drogas y la literatura es estrecha y en sí misma históricamente estimulante. Las palabras, como los porros o los ácidos, también son drogas. MAS DETALLES