Saltar al contenido

Los gestos dicen más que las palabras

28 marzo, 2011

En nuestro día a día realizamos un sinfín de acciones que dicen mucho de nosotros. La mayoría las hacemos de forma rutinaria, sin darnos cuenta, ignorando que tienen un claro significado a los ojos de los demás. Y lo cierto es que la gente nos juzgará, sobre todo, por estas acciones.

A la hora de configurar la imagen sobre una persona, lo que le veamos hacer pesará siempre mucho más que lo que le oigamos decir. Además somos especialmente buenos captando mensajes a través de los comportamientos, ya que como seres humanos estamos genéticamente programados para detectar señales de conducta y para entender rápidamente su significado.

Y si palabra y conducta son contradictorias, si estamos ante alguien que predica una cosa y vemos hacerle constantemente la contraria, nuestro juicio se basará indudablemente en los actos, ignorando las palabras.

Somos especialmente hábiles captando los mensajes a través de las conductas, y socialmente hemos creado un pequeño diccionario dentro de nosotros que da un significado muy concreto a cada gesto que observamos y lo traduce en una determinada actitud. MAS DETALLES

Pequeño diccionario de mensajes ocultos

Estos son algunos actos cotidianos que realizamos y el mensaje que ocultan:

  • Llegar tarde: «Mi tiempo es más valioso».
  • Responder al teléfono mientras estamos con alguien: «Lo tuyo no es tan importante».
  • Mirar el reloj: «No tengo más tiempo para ti».
  • No invitar a sentarse: «Te voy a dedicar muy poco tiempo».
  • Cambiar repentinamente de tema: «No me interesa lo que me cuentas».
  • Cerrar ostensiblemente los ojos ante algo que me dices: «No quiero escucharlo (por miedo o porque no estoy preparado)».
  • Interrumpir al otro: «Lo que yo tengo que decir es más importante».
  • Leer correos en la Blackberry mientras hablamos: «Hay cosas más importantes que merecen mi atención».
  • Marchar precipitadamente: «Ya has tenido suficiente de mi presencia».
  • Hacer comentarios marginales: «Cambia de tema, no quiero hablar de esto».
  • Traer una tercera persona a una entrevista: «Traigo testigos, no me fío de lo que me cuentes».
  • Fallar a una cita: «No era muy importante para mí».
  • Pasear la mirada por la sala de extremo a extremo: «Me estás agobiando, ¿dónde está la salida?».
  • Entrar con un saludo general sin mirar a las personas: «Miradme vosotros a mí. Yo soy el importante».