En el cementerio pakistaní de Moach Goth no hay epitafios ni versos del Corán, ni siquiera nombres de los muertos. Ofician de lápidas unas tablillas de madera con la fecha del entierro y un número que indica la cantidad de recién nacidos, víctimas de infanticidio, que fueron sepultados aquí.
El lugar, cuya tumba más reciente es la 72.315, es vigilado por la Fundación Edhi, con sede en la sureña ciudad de Karachi.
Creada por Maulana Abdul Sattar Edhi, la fundación es la mayor red privada de servicios sociales de Asia meridional. Durante las últimas seis décadas se ocupó de enterrar a los bebés muertos y abandonados, fruto de relaciones consideradas «ilícitas» por no ser matrimoniales. «El año pasado enterramos a 1.210 recién nacidos abandonados en todo Pakistán», dijo a IPS el portavoz de la fundación, Anwar Kazmi.
La cifra supone un aumento en relación a los 999 registrados en 2009, y a los 890 de 2008, la mayoría niñas. En lo que va del año, solamente en Karachi, la fundación enterró a 30 bebés encontrados en vertederos de basura y alcantarillas, o que les entregó la policía.
Estos números proceden solamente de algunos centros urbanos, y «podrían ser muy superiores, pero nunca lo sabremos», dijo Kazmi, quien trabaja para la fundación desde hace 40 años. MAS DETALLES