“El ferrocarril más difícil del mundo” atraviesa una formación rocosa denominada “Nariz del Diablo” descendiendo en zig-zag hacia un acantilado de 800 metros. Los viajeros tienen la oportunidad de admirar la increíble belleza de los paisajes andinos desde el mismísimo techo del tren; ríos, sierra, montaña, pequeñas aldeas, el volcán Chimborazo…En definitiva, un recorrido de altura al que no le falta ni una pizca de emoción. MAS DETALLES