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Unos consideraban a Sai Baba un Dios; otros, un farsante y abusador sexual

25 abril, 2011

Sai Baba predijo que iba a morir a los 96 años, pero falleció ayer a los 84 (algunos dicen 81) años de edad. No sólo fue el gurú indio más conocido en Occidente. También fue el líder espiritual más famoso de su país: la organización Sathya Sai Baba formó un poderoso imperio económico en la India, con seguidores influyentes como el ex primer ministro indio Atal Behari Vajpayee, y el consejero científico del ministro de Defensa S. Bhagavantam, ambos impulsores de las explosiones nucleares en la India desde 1998.

Esa cadena de influencias continuó hasta hoy: Manmohan Singh, actual primer ministro, dijo que su muerte constituía una «pérdida irreparable». Y en el mundo, millones de devotos fueron informados por las delegaciones de la Sathya Sai Central Trust sobre «el día especial día en que Swami eligió para desencarnar», Domingo de Pascuas. Subrayar esta coincidencia es un gesto poco feliz. El día que se celebra la resurrección de Jesús solo resonará entre los cristianos. Y Baba, lejos de haber sido crucificado, falleció a causa de complicaciones renales, coronarias y respiratorias.

Cuando el corazón de Sai Baba dejó de palpitar, a las 7.28 A.M. del Domingo 24 de abril, millones de seguidores esperaron un milagro. Se lo pidieron a él mismo, ya que Baba no era un gurú cualquiera. Él decía ser Dios, creador de todo lo que existe, amo y señor de la vida y el destino de sus devotos y también el de sus enemigos, quienes lo consideraron un abusador sexual y tramposo, que pretendía hacer milagros mediante simples trucos de prestidigitación.

Hacía menos de un mes que Sai Baba estaba conectado a un respirador en el Hospital de Superespecialidades Médicas, uno de los tres centros de salud de alta complejidad que el gurú hizo construir en Puttaparthi con el dinero aportado por Isaac Tigrett, quien en 1980 vendió Hard Rock Café para donar la mitad a Baba, antes de abandonar el movimiento. MAS DETALLES

ASI LO DIJO LA BBC

Parte de la enorme popularidad mundial de Sai Baba se debe a su enfoque no dogmático ni doctrinal de la espiritualidad.

A diferencia de muchas sectas, sus seguidores no estaban obligados a renunciar a sus creencias religiosas anteriores.

Como explica la periodista de la BBC Tanya Dutt, quien realizó un documental sobre el gurú, su organización ha financiado proyectos de salud y educación, además de hospitales y clínicas donde, dicen, se curan enfermedades más allá de las capacidades de la medicina convencional.

La ciudad natal de Satya Sai Baba se ha transformado en un vasto complejo de hoteles, complejos turísticos, edificios de la universidad y un ashram (centro de enseñanza y meditación) al que acuden hordas de devotos provenientes de todo el mundo.

Pero su carrera siempre estuvo acompañada de controversia. Estaba acusado de inventar los supuestos milagros que se le atribuyen.

Y algunos antiguos seguidores lo han acusado a él y a otros miembros de su ashram de abusos sexuales. Las críticas más graves contra el «dios-hombre» hablan de acoso a niños y adultos durante las entrevistas privadas que mantenían con él.

La poderosa organización Sai Baba siempre negó las acusaciones y el gurú nunca fue procesado por ningún delito.MAS DETALLES