Habló primero la diputada Santaella y pidió la designación de una subcomisión para investigar el comportamiento del diputado William Ojeda en los sucesos de El Rodeo y su posible allanamiento de la inmunidad parlamentaria.
Luego vino Ojeda y dio sus respuestas.
A partir de allí, sucedió lo que denominamos apagón informativo de ANTV, la televisora de la Asamblea Nacional, al sacar del aire la señal durante 40 minutos.
A la plenaria sólo tienen acceso periodistas de ANTV y el canal del Estado, así como sus camarógrafos. Ningún otro medio puede ingresar.
En ese intervalo, ANTV puso en antena a una joven periodista para que resumiera la intervención de Santaella. Habló, habló, habló hasta que se le agotó tema y saliva. Fueron a una larga pausa, al regreso, estaba acompañada por otra colega, joven, igualmente.
No pasó nada, se puso a repetir, con teléfono de cuarta generación en la mano, lo que dijo su compañera. Un fastidio absoluto.
En eso Globovisión entró en acción, sacó al aire a su combativa y a veces maquiavélica, Mariana Reyes, quien explicó vía telefónica la situación, pero dejó nuevas interrogantes
La mesa estaba servida para el inefable Ismael García, el más mediático de la oposición, y exchavista. El hombre se mandó su consabido discurso, con gritos incluidos, pero explicó la cosa más o menos
El turno, a las 5:03 pm, fue para «El Ciudadano» y su histrionismo. Como viejo zorro, Castillo armó la entrada del programa con lo caliente del momento: la «pérdida» de la señal del debate en la AN.
Pasamos al Canal del Estado, y estaba el impresentable de Miguel Angel Pérez Pirela…
Minutos después, ANTV colocaba nuevamente la señal de la plenaria, luego de 40 minutos
Tiempo suficiente para bajar las tensiones internas suscitadas durante el apagón. ¿Qué sucedió? A decir de García, los diputados pidieron debate, se fueron al estrado en cambote, y presionaron, porque no permitirían que se abonara el camino para allanar la inmunidad William Ojeda.
Al parecer, hubo acuerdos y la sangre no llegó al río. El punto fue sacado de la discusión, hasta donde entendí porque luego, apagué la televisión. RUBEN MARCANO/IO