No hay luz, no hay agua, no hay comida, lo dijo el fin de semana el ministro Tareck El Aissami, quien esperará a que los internos cedan ante la falta de provisiones, por ello la estrategia parecde ser jugar al cansancio mental y físico de los sublevados.
No caerán en las provocaciones ni chantajes de los reos, intuimos de las declaraciones del ministro.
Uno se pregunta: ¿cómo se alimentan más de mil personas sin comida y servicios mínimos? La llamada «caleta», ¿qué tan grande es para mantener con vida a tanta gente? ¿o varios habrán muertos por inanición, canancio o ejecución?
Todo está por verse en esta novela que se parece a la plaza Altamira, con la debida distancias, cuando militares y políticos jugaron a la provocación y cayeron en su propia trampa
¿Pasará lo mismo con los PRANES, con el «Jofrey» y «El Oriente? ¿O serán forzado a entregarse?, porque al estar cercados, sin servicios, ni comida, prevalecerá el institnto humano de sobreviviencia y ya se verá si el terror bajo el cual la pandilla tiene atemorizado al resto de los presos, perdura en el tiempo
Es cuestión de días u horas para un desenlace RUBEN MARCANO/IO