No hay dudas que Hugo Chávez parece haberse convertido en imprescindible para chavistas y opositores. Un líder que desaparece y se ausenta de los medios, deja un vacío que comienza a sentirse.
Foto: AFP
Los opositores no parecen tener agenda política clara, y de vez en cuando lanzan alguna queja a ver si la pegan.
El tuiter del mandatario enmudeció, como lo describio el periodista de la BBC de Londres, Juan Paullier.
Ayer hubo dos noticias contradictorias sobre el «Número uno», como lo llaman en su entorno. La primera la dio el diputado Saúl Ortega, desmentida horas después por tuiter por el ministro Izarra.
La segunda, la agencia AFP en horas de la noche, cuando Mario Silva estaba en pleno apogeo.
«Chávez admite que su enfermedad es ‘más complicada de lo pensado'». Menos de media hora después el propio medio dio marcha atrás, «favor corregir este alerta, la información está equivocada», señaló Paullier.
Esta ausencia, sin mayores detalles, más allá de unas fotos frías, acompañado de Raúl y Fidel Castro, comienzan a sembrar la duda entre el bando opositor que piensan revivir el tema de vacío de poder o permiso temporal.
Ni siquiera por la crisis de El Rodeo, Chávez ha abierto la boca. Un silencio, que, no hay dudas, sirve para testear los niveles de «ansiedad política» y la marcha del país sin su presencia. No hay dudas.
O tambien, no seamos mal pensados, por razones estrictamente médicas, puede ser.
Sus seguidores se mantienen expectantes, al ritmo de la propaganda que emite el canal del estado con frecuencia: «Pa´lante Comandante» RUBEN MARCANO/IO