Los orígenes de nuestra cultura se remontan a la época de los faraones. La violencia doméstica, la seguridad social, la «mordida» o las huelgas nos permiten afirmar que «La historia empieza en Egipto».
Madrid, España.- La historia empieza en Egipto». Así de categórico se muestra José Miguel Parra, egiptólogo que ha volcado en esta obra su bagaje de veinte años de excavaciones en las riberas del Nilo. Además de acercar el Antiguo Egipto al ciudadano de hoy, Parra aprovecha para mediar en la guerra académica entre sumerólogos y egiptólogos sobre «quién fue el primero» en la historia de la Humanidad en escribir, tener un Estado, usar la diplomacia o contar con un cuerpo médico.
El mundo tal como lo conocemos comenzó a gestarse hace 5,000 años. Muchas de las claves de nuestra sociedad hunden sus raíces en las riberas del Nilo: La globalización, los rascacielos, el amor romántico, la dieta vegetariana, la sangría de los impuestos, los riesgos laborales, los sobornos, las procesiones con las deidades a hombros, la igualdad de sexos, la moda… Todo empezó en Egipto.
DE HUELGAS Y SEGURIDAD SOCIAL
En la época de Ramsés III aparecen las primeras referencias a conflictos laborales. La economía en Egipto era boyante, poseían unas tierras fértiles y eran la envidia del Oriente mediterráneo. Pero en el «barrio obrero» de Deir el-Medina, los trabajadores que levantaron el Valle de los Reyes se quejaban de que la raciones prometidas no llegaban. El trigo se quedaba en el camino en manos del clero. Los obreros decidieron entonces parar de trabajar. Lo sabemos gracias al «Papiro de la huelga de Turín». Llegaron a ponerse en huelga tres veces y organizaron manifestaciones y encierros hasta que les entregaron sus raciones.
También la seguridad social y los accidentes laborales formaron parte de las preocupaciones de los egipcios. Los escribas catalogaron en «La sátira de los oficios» las infecciones, bursitis y demás enfermedades laborales que aquejaban a campesinos, herreros o joyeros.
Además de magos y curanderos, en Egipto trabajaban médicos que tomaban el pulso y seguían un protocolo de identificación de los síntomas, diagnóstico y tratamiento. Conservamos hoy en día papiros con tratados traumatológicos y ginecológicos o sobre cómo actuar ante mordeduras de serpientes. MAS DETALLES