se leyeron unas cartas privadas – correos electrónicos se entiende – entre los periodistas (padre e hija) Patricia Poleo y Rafael Poleo en el programa La Hojilla.
No voy a publicar el contenido de esas cartas – entre Patricia y Rafael Poleo, seguro que deben estar ya circulando en diferentes medios del periodismo oficialista.
Sin embargo voy a hacer referencia a dos puntos que me llamaron la atención.
El primero por estar relacionado a nivel de periodistas y periodismo. Y es la renuncia de Patricia Poleo al periódico de su papá El Nuevo País y su ida al semanario 6to Poder.
De resto, las cartas – Patricia Poleo – Rafael Poleo, pues son los trapos sucios típicos de familia. Chismes internos (aunque hechos ya públicos) y que harán la delicia de los venezolanos tan ávidos de los rumores de cocineras.
El otro punto y el más grave de este desagradable asunto (hacer público la correspondiencia privada – cartas o correos electrónico entre los Poleo) es básicamente la violación precisamente de sus correos privados.
Violación de la correspondencia privada y hacerla pública.
No hay duda que el comunicador Mario Silva tiene poder y altas conexiones. Pero me pregunto: ¿No hay un delito, por cierto grave delito, en la intervención de correos electrónicos?
¿Quién y cómo se obtuvieron esas cartas – correos electrónicos de los Poleo?
¿Y con qué derecho se leen en un programa de televisión?
Nota aclaratoria: Patricia Poleo a través de su Twitter @PattyPoleo casi inmediatamente puso un tweet donde negaba esos correos… pongo a la orden mi correo electrónico para que revisen mis correos recibidos y enviados para demostrar que Mario Silva miente.NOTICIERO DIGITAL