Usted no cree que muchos venezolanos se regodeen por la muerte de otro venezolano. Métase al tuiter y busque la etiqueta «pelona», y comprenderá.
Así como pasó con «Inca» Valero, Luis Tascón, Lina Ron, Carlos Andrés, y muchos otras personas públicas, los venezolanos con ese odio político existente, dividen su irracionalidad, según sea el muerto.
Tal vez ni contra los criminales de guerra, ni contra Pinochet y otros personajes siniestros de la historia de la humanidad se haya visto tanto odio como el que destila un sector de la población, impulsados en su mayoría por el lenguaje presidencial y el goteo permanente de las propagandas y mentiras de los medios de comunicación.
Ayer en Cuba murió el contralor Clodosbaldo Russian, el mismo que el semanario 6to Poder, diario opositor, publicó una foto en la clínica entubado y moribundo. Todo para exteriorizar su odio, su venganza por un chavista
En eso están convertidos muchos venezolanos, fruto de una lucha ideológica (socialismo-capitalismo; patriotas-antipatriotas), que impulsa a sacar los monstruos escondidos, las taras sociales e individuales.
En fin, el odio, el veneno que viene encubierto en cada ser humano y que se exterioriza según ciertos impulsos emocionales RUBEN MARCANO /IO