La oleada de protestas sociales que vive Israel continua creciendo. Esta lunes se han sumado las autoridades municipales del país, lo que centúa la presión sobre el primer ministro, Benjamín Netanyahu. Durante 24 horas, las autoridades no prestarán servicios a las oficinas gubernamentales ni abrirán al público, así como tampoco habrá limpieza de las calles o recogida de basuras.
Los indignados locales están imitando deliberadamente tácticas y estrategias que han puesto en marcha los indignados españoles. Este lunes han sido llamados a otra concentración a través de las redes sociales.
Uno de los indignados dice que “esta protesta es una reacción a 20 o 30 años de un engañosa política del gobierno mediante la cual el capitalismo, una politica destructiva que daña a los ciudadanos, ha estado al frente y ahora nosotros estamos aquí para cambiar el carácter del país”.
La marea reivindicativa sacó a la calle el pasado sábado a unas 150.000 personas en la mayor manifestación de índole social de la historia del país.
El poder adquisitivo de muchos trabajadores ha caído en picado y las clases más débiles están sufriendo un considerable incremento de precios que afecta a la vivienda y a los productos de primera necesidad.
El precio de la vivienda es prohibitivo para muchos israelíes de clase media y baja, y esta circunstancia se ha convertido en uno de los puntales sobre los que los indignados han plantado campamentos, similares a los españoles de la Puerta del Sol o la plaza de Catalunya, por todo el país para pedir cuentas al Ejecutivo. EURONEWS