Se refuerza la tesis de insurrección en el seno de la Fuerza Armada Nacional para echar del poder a la férula comunista. Los militares que conformaron los altos mandos en los últimos 30 años en gobiernos de Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera, se aliaron en un frente común de cara a las elecciones presidenciales.
Para la rancia y añeja casta militar la salida es de fuerza con apoyo de un sector de la sociedad civil. Se pretende organizar una mega-marcha en Caracas como centro de poder para agitar el país y desconocer la figura presidencial.
La inteligencia venezolana, civil y militar, sigue los pasos a un plan insurreccional, alentado por ex oficiales que participaron en Plaza Altamira y asesorados por ex generales sin mando, de esos llamados “jarrones chinos”.
En los últimos meses, los “comandos caseros” conformaron una sala de guerra, ubicada en un lugar desconocido para planificar acciones encubiertas con fines oscuros que alteren el orden institucional.
El objetivo es activar una agenda parecida a Libia y Siria y armar a un ejército civil de militares retirados, comandos urbanos y paramilitares colombianos.
EE UU como financista y la Unión Europea con la OTAN como brazo armado, plantea un escenario de intervención en el principal país productor de petróleo y gas en el mundo.
Desde España, el Partido Popular (PP) organiza desde ya con su portavoz en la Comisión de Asuntos Iberoamericanos del Senado, Dionisio García Carnero, el apoyo político que prestará a la disidencia venezolana el virtual ganador de las presidenciales, Mariano Rajoy.
El Comando Sur y la OTAN tendrán la misión de tomar el Mar Caribe para presionar la salida de Hugo Chávez, ante su supuesta debilidad y pérdida de apoyo popular. Existe preocupación en el alto Gobierno por la cantidad de informes de inteligencia, tanto nacional como internacional, de posibles acciones insurreccionales que sucederían en los próximos días.
Se menciona en una conversación con un asesor de seguridad y defensa, a los viejos que tercamente persisten en identificarse como generales activos de la FANB y, al parecer, identificados con un plan non sancto.
Entre ellos destacan: Mario Iván Carratú Molina, Rafael Huizi Clavier, Juan A. H. Betancourt, Manuel Andara Clavier, Rafael Ángel Montero Revette, Fernando Ochoa Antich, Pedro Soto, Raúl Alejandro Salazar Rodríguez, Gonzalo García Ordóñez, Pedro Romero Farias, Miguel Aparicio Ramírez, Felipe Rodríguez, Carlos Guyón. Desde Miami se sigue la pista a Romel Fuenmayor León, Julio Rodríguez Salas y Rafael Damiani Bustillos, entre otros. JOSELUIS CARPIO
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