El legislador a tiempo parcial Louis Magazzu parece que no se enteró de lo que le pasó a Anthony Weiner. El sentido común diría que después del escándalo de este congresista por estar enviando sus fotos desnudo a mujeres a través de Internet, lo último que se le ocurriría a un político sería enviar fotos comprometedoras por Internet.
Pero parece que no. Ahora este otro político acaba de renunciar porque ha trascendido que estaba haciendo exactamente lo mismo; enviar fotografías suyas desnudo a una mujer con la que tenía una relación cibernética de mucho tiempo.
Louis Magazzu, legislador a tiempo parcial por el condado de Cumberland, renunció, según se informa en http://news.yahoo.com/ debido a que él considera que «lamentablemente, en mi vida personal, no siempre demostré la sabiduría y el balance que yo hubiera esperado de mí mismo y que la gente del condado de Cumberland se merece y tienen el derecho a exigir».
Desde el punto de vista psicológico, casos como este y el del congresista Weiner resultan fascinantes. ¿Cómo es posible que alguien, sobre todo con la malicia que caracteriza a los políticos, sea capaz de ponerles en bandeja de plata a los adversarios un motivo perfecto para pedirle la renuncia?
Las explicación que algunos expertos en conducta humana han dado se resume con la siguiente palabra; testosterona. La misma testosterona que impulsa la agresividad y la ambición desmedida por obtener el poder de muchos políticos, también los hacen cometer imprudencias de tipo sexual que no tienen explicación lógica.
Si a esto se le añade el sentido de omnipotencia que da el tener poder sobre las demás personas hasta el punto de que algunos se sienten invulnerables, tenemos la receta perfecta para el desastre.
Louis Magazzu y Anthony Weiner tal vez se dieron cuenta de esto demasiado tarde.http://www.impre.com