Lo primero que debe tomarse en cuenta para comprender este asunto es que la Mesa de la Unidad Democrática está compuesta por 50 partidos políticos. El objetivo de la MUD es propiciar los debates para que salgan acuerdos, consensos, orientados a producir un gran cambio en Venezuela. A esos debates concurren, pues, 50 organizaciones cuya vocación y finalidad es obtener el poder.
De manera que la presencia de cada organización política en el tarjetón de las elecciones presidenciales es muy importante para ellas. Pero hete aquí que en las actuales circunstancias del país hay una idea que ha cobrado un gran valor para las masas: la idea de la unidad.
Entonces, por un lado los partidos quieren afianzar sus cuotas de influencia, lo que es perfectamente natural; pero, al mismo tiempo, el país está valorando cada vez más el esfuerzo de unirse por la conveniencia de la nación.
En un brazo de la balanza está el lógico anhelo de contribuir al crecimiento de los partidos con la brega de su militancia. Y en el otro, está la sociedad empujando para que los partidos renuncien a sus natural aspiración y hagan un sacrificio por el bien del país.
Tras mucho conversar, a puertas cerradas, escuchando los puntos de vista de todos, la MUD acordó ofrecer dos posibilidades a los partidos: 1) la tarjeta única y 2) la tarjeta unitaria.
La tarjeta única supone que el partido que se acoja a ella no ponga sus emblemas y colores en el tarjetón, sino que se repliegue totalmente, esto es, que hagan un sacrificio, para anotarse al caudal nacional. Esta tarjeta podría estar representada por una sigla, que podría ser UN (Unidad Nacional).
Y la tarjeta unitaria sería, en los hechos, muchas tarjetas (una por cada partido que no se anote en la tarjeta única), pero es unitaria porque, aún conservando sus emblemas de partido, ese voto iría para el candidato unitario, salido de las primarias de febrero de 2012.
De esta manera se suman los esfuerzos que aporta cada organización política, pero no se hace desaparecer a los partidos políticos detrás de una única tarjeta. Y, de paso, las organizaciones pequeñas y/o recién aparecidas, cuentan con una opción que les da total libertad de utilizar sus tarjetas o adherirse a la tarjeta unitaria (que no única).
Esto es algo del todo inédito. Un invento venezolano, movido por las necesidades venezolanas. Unos partidos se difuminarán bajo el gran paraguas único; y otros partidos mantendrán la presencia de sus colores en el tarjetón, pero irán con la misma candidatura de los otros, la unitaria. Se trata, pues, de 50 partidos con 2 modalidades de tarjeta; y un candidato común.
Lo pondremos en otros términos: la tarjeta única implica que los partidos no dispondrían de sus símbolos electorales. Es una decisión tremenda. Por eso se consideró que algunos partidos pudieran sumarse a la tarjeta única, pero que otros quedaran en la libertad de usar sus blasones. Aunque hay dos alternativas, el tronco es unánime: que cada partido tiene la potestad, la libertad, de decidir como va. Y, de todas maneras, se va a votar por una candidatura que todos apoyan desde el primer día de la campaña.
Cada partido tendrá que tomar en su seno, la siguiente decisión: si adopta la tarjeta UN o va con la tarjeta que dice el nombre del partido. El elector tiene 2 opciones: marcar la tarjeta UN o la del partido de su preferencia.
Desde luego, cada elector puede votar por una sola opción. Cuando se cuenten todos los votos (la MUD trabaja para obtener 7 millones de sufragios) unos millones por UN y otros millones por los diversos partidos. La suma de todos serán para el mismo candidato.
Puede ocurrir que, cuando se elija el candidato en febrero, todos los partidos, o la gran mayoría, decida echarle pichón a la opción única; es decir, que van con una tarjeta que no pone el nombre del partido sino la que pone UN. CODIGO VENEZUELA