Un café negro pierde el ardor sobre la mesa. El profesor Miguel Ángel Pérez Pirela, filósofo y moderador del programa Cayendo y Corriendo, lo dejó hace algunos minutos para atender una de las decenas de llamadas telefónicas que lo acompañan a diario.
Ser el alma y la inspiración de uno de los espacios más vistos de Venezolana de Televisión implica que Pérez Pirela, rebautizado por el pueblo como “la iguana roja”, trabaja las 24 horas; analiza las 24 horas; desmenuza contenidos las 24 horas; escucha comentarios y propuestas las 24 horas.
Algunos eruditos de la TV auguraron que el formato del programa (dedicado al análisis de matrices de opinión) no funcionaría porque nadie lo entendería; incluso, hubo comentarios sobre su falta de cabello y la ausencia de corbata en su cuello.
En una frase: no cumplía con los supuestos estándares del periodismo televisivo. Y se equivocaron de plano. Cayendo y Corriendo conquistó paso a paso la simpatía de las usuarias y los usuarios en los primeros nueve meses de emisión matutina, y lo ha hecho en los tres meses de difusión vespertina (a las 5:00 pm).
Lo describe, no como un programa diario, sino como un espacio que empezó hace un año y es un libro en plena escritura. Su mayor competencia era Aló, Ciudadano, difundido en el mismo horario por la empresa Globovisión. Era, en pasado.
“Leopoldo Castillo (moderador del programa Aló, Ciudadano de Globovisión) se jactaba de una dictadura de rating que tenía desde hace 10 años. Cuando Cayendo y Corriendo salió de la mañana, pasó a un horario para nada bueno: el de las 5:00 pm”, refiere Pérez Pirela, quien también dirige el área de sociopolítica y cultura del Instituto de Estudios Avanzados. “Pero nosotros, en un mes, nos montamos de tú a tú con el rating de ‘El ciudadano’. La semana pasada, de lunes a viernes estuvimos por encima de él. El rating es un tema muy odioso…Claro, para el que no lo tiene”, ironiza.
Pirela resume así el éxito del espacio al que dedica su potencia vital: “Cayendo y Corriendo desbancó a Globovisión en ese horario. Eso a ellos les duele mucho. Es positivo para nosotros, porque si quiero dar el mensaje, la idea es que el mayor número de personas lo escuche o lo vea. Globovisión está muy mal con el rating; hasta el punto de que la semana pasada sacaron a unas muchachas bailando en tubos a las 9:00 am”.
Cayendo y Corriendo “es un ejercicio de artes marciales orientales, en el cual todo ataque se los devuelvo con la misma fuerza”, advierte.
-¿El público que veía Globovisión a esa hora, está viendo Cayendo y Corriendo?
-Sin duda alguna. Se multiplica, además, por un detalle: VTV es un canal de televisión informativo, no generalista. “Es una trampa cuando los medios privados dicen que VTV tiene poco rating. Como es un canal informativo, yo reto a medirlo con el rating de canales informativos de otros países. En los últimos meses ha crecido todavía más el rating de VTV, que ha sido, por cierto, uno de los retos del ministro Andrés Izarra”.
UN SUCCESSO
-¿Cómo se siente con el programa? ¿Usted esperaba tanto éxito?
-Le tengo miedo a la palabra éxito, porque ha sido secuestrada por el capitalismo y hay toda una moral del éxito y una tipología del looser. Los italianos hablan de “successo”, un acontecimiento. Creo que Cayendo y Corriendo ha sido un acontecimiento, primero que todo, para mí, porque es un programa que nosotros quisimos estructurar desde la investigación, no desde la televisión. La idea es “tratar de traducir, en un lenguaje televisivo, que es extremadamente complicado y duro para quien lo hace”, lo que los medios difunden todos los días.
-¿A qué atribuye que sea un acontecimiento?
-Creo que Cayendo y Corriendo se inscribe en un pueblo formado por más de una década. Yo no me imagino Cayendo y Corriendo en la Cuarta República, porque se inscribe en un pueblo que ya pasó por muchas misiones educativas, misiones de salud; por un paro petrolero, por un 11 de abril, por una seria de elecciones. Creo que el éxito de Cayendo y Corriendo es el diálogo con un pueblo, con un pueblo mucho más reflexivo. El programa ha evolucionado. “Es una búsqueda. Es un proceso de investigación. Creo que un mes después de que comenzó en la tarde, y tres meses después de que comenzó en la mañana, pudimos sentirnos contentos”, admitió.
Este es un esfuerzo que se cumple “todo el día de todos los días”, acota, e inmediatamente agradece a la investigadora Lilia Ramírez, del Instituto de Estudios Avanzados, responsable de los contenidos. “Es un programa muy diverso. Comienza con un editorial sobre un punto de la realidad, al que le sigue la interpretación de imágenes y video; después, interpretación de periódicos. Y en el tercer segmento, el humor”, que toma información, sin prejuicios, de fuentes como la página web El Chiguire Bipolar, de un hijo del empresario opositor Alberto Federico Ravell. Se nutre de ella “porque es extremadamente inteligente, y Cayendo y Corriendo es una oda a la inteligencia, venga de donde venga”.
-¿Es un programa chavista?
-Es un programa progresista y revolucionario. No sólo políticamente, sino comunicacionalmente. Creo que no hay separación. No creo que se pueda tener ideas revolucionarias y expresarlas de forma conservadora; creo que es un contrasentido, aunque casi siempre se haga. Al empezar el programa, nosotros decimos que no somos justos ni balanceados. No somos neutrales ni objetivos. Somos sinceros al expresar nuestras convicciones, y eso ha calado. Recibo mensajes casi diariamente de opositores que celebran esa sinceridad, que digamos la verdad y demostremos por qué es nuestra verdad, y no tratar de cubrir con el velo de la neutralidad los discursos que hacemos.
-¿Se puede ser neutral?
-No se puede ser neutral. Desde el momento en que estamos en la barriga de nuestras madres ya no somos neutrales. Si estamos en Venezuela nuestra mamá come arepas; si estuviera en Francia comería baguette. Biológicamente, psicológicamente, antropológicamente no hay neutralidad.
-¿Por qué se sigue hablando de neutralidad en el periodismo?
-Es uno de los valores fundamentales del neoliberalismo. No olvidemos que el neoliberalismo plantea tres cosas: la apolítica, el individualismo y el individuo sin amarras. ¿Qué son las amarras para el neoliberalismo? El Estado, el partido, la religión, la familia, la comunidad. La neutralidad parte de ese individuo que estaría más allá del bien y del mal.
MATRIMONIO CON DESCONOCIDOS
Para Pérez Pirela es mucho más peligroso Venevisión que Globovisión. Lo explica: “Cuando veo Globovisión, sé cuál es la postura de Globovisión, con toda la manipulación, la grosería, la pornografía periodística”, describe. Pero en canales como Venevisión se inoculan valores que penetran sin que la persona se entere. “Es como hacer un contrato social con alguien que no conoces”, cuestiona.
-¿Se siente respetado en VTV?
-Yo me siento respetado. Es uno de los lugares comunes de la oposición atacar a canales como VTV porque no se respetan las ideas, o porque somos poco menos que una foca. Yo puedo decir que, después de un año, el respeto que ha tenido VTV por mis ideas ha sido muy interesante. Yo conozco muy bien a Europa, estuve 11 años allá, y en Europa
los noticieros privados y públicos dicen exactamente la misma cosa a las 8:00 pm. Es decir, que hay una línea editorial nacional que responde a unos intereses. En VTV yo puedo hacer una crítica fuerte contra un gobernador del Gobierno Bolivariano; me siento en la total libertad de hacerlo.
-Del Sistema Nacional de Medios Públicos (SNMP), ¿qué cosas criticaría?
-Yo no sé si en Venezuela hay un Sistema Nacional de Medios Públicos. Yo lo planteé en La Hojilla. Creo que nosotros tenemos que ir a la construcción de un sistema nacional de medios. No siempre uno más uno da como resultado dos, y la suma de individualidades no crea un sistema. Hay pequeñas islas de poder; tenemos que ir hacia la creación de un sistema nacional de medios. Pérez Pirela comparte una reflexión sobre el SNMP: “No quiero ser ingrato hacia el monumental esfuerzo que se ha hecho, porque si vemos qué eran los medios públicos en el año 2000 y qué son ahora, evidentemente tienen más músculo. VTV tiene muchísimo más músculo. Hay fenómenos comunitarios como VIVE, hay milagros comunicacionales como Telesur. Ya existen como instituciones, y tenemos que ir hacia un engranaje de ellas”. Hay que responder a las agresiones de manera sistemática, y no con convulsiones que son una respuesta a estímulos de la otra parte, acota.
REFLEXIONES SOBRE LA OPOSICIÓN
-¿Qué es para usted la oposición venezolana?
-Primero que todo yo celebro que haya una oposición, porque en los países “democráticos” no hay oposición. Estuve cinco años en Italia y seis en Francia, y puedo decir que, como afirmaba Arturo Uslar Pietri, la oposición en Venezuela siempre fue poco menos que un acto ceremonial. Aquí no hubo oposición. Aquí a la oposición la mataron y la torturaron en la Cuarta República.
-¿Usted la respeta?
-Yo la tolero, pero no la puedo respetar por las agresiones constantes; no la puedo respetar porque está avalada y financiada por Estados Unidos. No la puedo respetar porque dio un golpe de Estado avalado por Estados Unidos; no le ha dado cabida a la nueva generación de relevo. Los jóvenes de ellos siguen secuestrados y aplastados. No los puedo respetar porque la “nueva generación” de ellos está integrada por muchachos viejos, que incursionaron en la vida política con propuestas de la Cuarta República. No los puedo respetar porque no tienen una propuesta, y una oposición sin propuesta es, simplemente, violenta.
-¿Irrespeta a la oposición Cayendo y Corriendo?
“La oposición ha tenido una posición un poco rara por la cantidad de diplomas que yo tengo”, que no obtuvo en la Cuarta República sino en la Quinta y que no fue financiada por Fundayacucho, puntualiza. “No logran atacar con toda la furia que quisieran por los diplomas de la Sorbona de Francia o la Gregoriana de Roma. Pero yo no les falto el respeto. No utilizo adjetivos peyorativos contra nadie”.
-¿Para quién es Cayendo y Corriendo? ¿Para la oposición? ¿Para el chavismo?
-Para un concepto que estoy tratando de postular en vísperas de las elecciones de 2012: el pueblo amplio. Es un programa para el pueblo amplio. Nosotros caímos en un gravísimo error: el exclusivismo. Debemos dejar el exclusivismo para el Country Club. Cayendo y Corriendo es un programa para el pueblo amplio porque los socialistas escogimos una democracia participativa y protagónica; escogimos el camino más largo, y si escogimos el camino de la democracia y de la política con P mayúscula, debemos entender que la política es una relación de seducción, es una relación erótica, amorosa, en la cual debemos sumar el mayor número de personas. Debemos seducir, no excluir. El único objetivo profesional de Miguel Pérez Pirela en este momento son las elecciones de 2012. “No tengo otro fin que colaborar, desde el punto de vista comunicacional e intelectual”.
-¿Por qué es tan importante?
-Creo que de eso van a depender muchísimos elementos trascendentales en nuestro proceso. Si nosotros ganamos esas elecciones, y las vamos a ganar, se abrirán nuevas alamedas. CORREO DEL ORINOCO