Caracas.– Dos tesis se contrapondrán los próximos días en Venezuela, como ha sido a lo largo de esta década.
Una, la manejada por la oposición, que sostendrá que el Presidente está enfermo, que su crisis es terminal y como tal no llegará con fuerzas a las elecciones de octubre
La otra, defensora de los chavistas: está sano, se ha recuperado y vino más vigoroso que nunca.
En todos estos meses de mentiras, medias verdades, rumores, chismes, exageraciones, malinterpretaciones sobre la salud del Presidente, algo quedará claro en los opositores: pasarán del Chávez que se había inventado la enfermedad para ganar adeptos, al Chávez que está enfermo, con cáncer, ahora sí, y que no aguantará el vigor y la juventud de Capriles, como ya bien lo dibujó el director de Datanálisis en días recientes.
Pasarán del paroxismo enfermizo a creer que se les engañaba con una enfermedad de cuidado, que mata a miles, que no juega; a algo más suave, más digerible. Sí, reconozcamos, que está enfermo y por ello no tendrá fuelle para llegar a octubre, será la tesis que venderán ahora a los opositores
Por otro lado, estarán los chavistas defendiendo al Primer Mandatariio, con ruegos, oraciones, desmontando de sus contrincantes lo que llaman mentiras y sobre todo, dando a entender que el Comandante se recuperó, que vino más fuerte de La Habana, y que seguirá gobernando hasta el “dosmilsiempre”
Lo cierto que son los días, los años de la locura venezolana, inoculada por un gobierno irresponsable en muchos aspectos, sobre todo en el tema comunicacional, y por el otro, una oposición desquisiada, llena de odios como nunca se vio contra un presidente en Venezuela, y tal vez en América Latina.
RUBEN MARCANO/IO