CARACAS. Al candidato opositor Henrique Capriles, sus asesores le dijeron en un inicio que no se metiera con Chávez, que siquiera no lo mencionara.
Que se enmascarara para captar el voto chavista descontento e independientes
Pero la estrategia cayó por su propio peso, a menos de dos meses de aplicarse
Ya pasó el baño de fama que se dio con las primarias, y ahora en vez de subir, retrocede, según encuestadoras como IVAD, Interlaces, GISS XXI y Consultores 30.11
Sólo falta Datanálisis, que según el jefe del comando Carabobo, Jorge Rodríguez, no saldrá en marzo debido a que la diferencia entre Chávez-Capriles es ya insalvable y sólo un evento catastrófico puede reducirla, ha dicho.
Pero a Capriles también recomendaron tratar de manera superflua los temas nacionales, para cometer los errores menos posible
Sus allegados saben que no tiene pegada en el discurso y que su retórica es pobre, por no decir ninguna. Que no convence, que no cala.
Esta premisa no dio los frutos esperados, y el candidato de la derecha, como lo denominan los chavistas, se vio obligado a cambiar el rumbo de la campaña.
Para ello, Capriles en su afán por descontar la brecha con el Presidente, cambió de estrategia, y ha sido un calvario.
Una “metida de pata” tras otra.
La última fue que para sacar punta a la regulación del perfume por parte del gobierno, dijo que los venezolanos no eran europeos, por aquello de no perfumarse
Declaraciones que cayeron mal en varios sectores de España pero que los medios se encargaron de esconder.
Por otra parte, sus asesores comparten la idea que el candidato opositor es un “huevo sin sal”, de acuerdo a declaraciones de Diosdado Cabello, presidente de la AN.
“No despierta nada”, dijo el psuvista.
Días atrás, Capriles, siguiéndole el juego a los medios, puso en tela de juicio la enfermedad que no han pusieron periodistas, como por ejemplo, Nelson Bocaranda, un recalcitrantes antichavistas
También ha sido discriminatorio con el trato de las periodistas del Sistema Nacional de Medios Públicos, manifestaron los chavistas.
RUBEN MARCANO/IO