Hoy día resulta casi imposible no conocer a alguien que sufra o haya padecido chikungunya, un virus caracterizado, entre otros síntomas, por el fuerte dolor que produce en las articulaciones de los pacientes durante días, meses o incluso hasta dos años, según reportes médicos efectuados en otras naciones.
Como se sabe, la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) ha indicado en su web oficial que el chikungunya se transmite por la picadura de mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus, y causa fiebre alta, erupción en la piel, dolor de cabeza, muscular y en las articulaciones, especialmente en manos y pies.
En Zulia, de boca en boca se ha escuchado de quienes han experimentado las consecuencias del virus que el dolor en las articulaciones es uno de los síntomas que más “tumba” a las personas. Pero, ¿por qué ocurre ese dolor?.
En primera instancia, hay que saber que una articulación es la unión entre dos o más huesos, un hueso y cartílago o un hueso y los dientes.
De acuerdo con portales médicos en internet, el cuerpo humano posee articulaciones cartilaginosas (vértebras), cuya flexibilidad es posible gracias a los tejidos elásticos; articulación de la rótula (cadera), donde la flexibilidad se logra gracias a un hueso circular que gira en una cavidad de la misma forma; articulaciones fijadas (cráneo), aquellas que no permiten ninguna flexibilidad; articulación en bisagra (codos, rodillas, dedos de manos y pies), flexibilidad posible en una dirección única, y articulaciones semimóviles (costillas y vértebras), donde la flexibilidad es muy reducida.
En total, el cuerpo humano tiene 360 articulaciones, de las cuales 86 están en el cráneo, 6 en la garganta, 66 en el tórax, 76 en la columna vertebral y la pelvis, 32 en cada una de las extremidades superiores y 31 en cada una de las inferiores.
Entonces, ¿por qué el chikungunya causa dolor en algunas articulaciones y músculos?
Sencillo, porque el virus los inflama y esto, a su vez, ocasiona que se limiten sus movimientos, explicó la médica Rosa Emilia Fadlallah en una publicación de El Universal.
Fadfallah también apuntó en la información del mencionado diario que la enfermedad “carece de tratamiento específico, pero para controlar los síntomas se deben medicar antipiréticos, tipo acetaminofén, contra la fiebre, y analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos para reducir el dolor y la tumefacción”.