El ombligo debe ser el punto perfecto de partida para excitar esta zona de tu pareja. ¿Por qué? El área del abdomen que llega hasta la pelvis es el lugar adecuado para que empieces a tocar a y a excitarle. La explicación es bien sencilla: el flujo sanguíneo baja hacia esa parte y se junta, de repente, con la tensión sexual.
Si es más de besos que de tocar suavemente, pasa suavemente tus labios también por los huesos de su cadera. Sí, aquellos que sobresalen cuando estáis tumbados en la cama. El resto ya vendrá por sí solo…
No es Cristiano Ronaldo pero tu chico está bastante orgulloso del cuerpo que tiene. Por ello quiere que, a veces, te recrees con él y poses tus labios y tu lengua por el pecho. Sin embargo, lo que más placer le va a conceder es que traslades esos movimientos circulares a los pezones, ya que muchos hombres tienen sensibilidad en esa zona del cuerpo. Pequeños mordiscos te ayudarán a descubrir si realmente le gusta o no… ¡Rápidamente te darás cuenta de ello porque te dirá que lo repitas!
La espalda
Antes del acto sexual es muy importante que todas las zonas del cuerpo estén debidamente alertadas del deseo para lo que se avecina en sólo unos minutos. Ni hombres ni mujeres pueden resistirse a las caricias y mucho menos si son en la espalda. Juguetear con los dedos de arriba abajo, hacer un masajito… ¡Se volverá loco! Le dará tanto placer que lo siguiente que hará será besarte con tanta fuerza que la pasión hará el resto.
La espalda es una zona erógena que se debe estimular, eso sí, con mucha suavidad, pues es sensible y muy delicada a la hora de sentir el roce de tu cuerpo.
Sabes que un «arma arrojadiza» que él utiliza para darte placer pero… ¿Sabías que esos dedos finos y alargados también tienen un punto exacto que despiertan su apetito sexual? No nos referimos al truco viejo de introducirlos en la boca.
Para sorprender a tu pareja lo que tienes que hacer es hacer pequeños movimientos circulares con la yema de tus dedos como si hicieras líneas imaginarias con ellos.
Una vez hayas conseguido eso, coge su mano y recorre su palma con la punta de la lengua. Ahora, mira su cara y ¿qué? ¿Está preparado, verdad?
Pese a que gran parte de los hombres se muestren reticentes a que les toques esa zona de su cuerpo que enmarcarían en su habitación, no tengas ningún tipo de miedo a jugar y experimentar con él.
¿Sabes por qué? Porque les proporcionará una sensación tan placentera que te pedirán que repitas esa extraña sensación de haber introducido tu dedo por un lugar al que están muy poco acostumbrados a sentir nada.
Si os parece una alternativa muy arriesgada para vuestro chico, no le obligues a pasar por esa situación- peor para él que se lo pierde- y utiliza tus manos- que estén hidratadas, ¡por favor!- para dar caricias o simplemente pasar tus dedos por el trasero de una forma muy sensual.
Siempre has pensado que esas piernas arqueadas y feas que tiene tu pareja no sirve para nada más que para que se mantenga bien sentadito mientras ve el fútbol…
¡ERROR! Si no lo sabías, esta zona del cuerpo esconde una increíble sensibilidad.
Especialmente importante es que estimular la zona interna de sus muslos, en concreto, las zonas que están cerca de su pene.
Ahí es donde debes empezar a trabajar con tus manos, moviendo las yemas de los dedos de arriba abajo.
Sigue todo el recorrido hasta que accidentalmente- muy accidental no es, desde luego- este acabe chocando con su miembro. Ese será el punto álgido que hará que la pasión haga el resto…
Es una zona a la que ellos no conceden mucha importancia. Les excita mucho que tú te coloques en esa posición, ya que se sienten los reyes del mundo.
Sin embargo, ahora la que lleva las riendas de la situación eres tú. Por ello, tú eres la que debes saber que las rodillas son un punto complicado de su cuerpo.
Es fácil que le acabes provocando cosquillas pero lo que buscamos es que se ponga a tono.
Para ello, acaricia suavemente la parte trasera de las rodillas.
A la mayoría de los hombres les despierta el apetito sexual esa zona, debido a su extremada sensibilidad y la delicadeza que tiene. Si ya se te ocurre probar con tus carnosos labios, ni que decir tiene…
Pese a que parezca un orangután salido de la selva con la cantidad de vello que tiene en esa zona, el pecho es una zona erógena que tiene tu chico.
Es ahí donde está escondido el denominado punto «w». ¿Cómo estimularlo? Es muy sencillo: tu dedo se convierte en una serpiente y crea un camino lleno de placer.
Con la punta del dedo, dibuja una línea imaginaria hasta un extremo, bajando más tarde a lo largo del pectoral, zigzagueando al otro lado hasta formar la «W».
Cuando quieras darte cuenta de si le está gustando, la cuenta atrás ya habrá comenzado…
Todas estamos de acuerdo en que no es un sitio nuevo y quizá ya esté más explorado que Times Square pero es una zona segura para excitar a tu pareja (¡y lo más importante!) y que debes tratar con cuidado para que no se quejen de que les haces cosquillas.
En primer lugar, rodéale con los brazos por la cabeza y comienza a besarle poco a poco por toda la cara (no te dejes ni un solo pelo de la barba, eh). Los mandos ahora los llevas tú, así que no le dejes besarte, así despertaras más su curiosidad y deseo por rozarte.
Cuando ya llegues a la oreja, muy despacio, bésale y dale besos alrededor de forma suave. Ahora sí, ni se te ocurra a meter la lengua por el tímpano ni le soples, que es muy desagradable.
Tampoco hace falta dejarla babeada como si fuera tu perro cuando te ve comer en casa y él pasando hambre. Precisamente hambre no vas a pasar porque tu pareja ya estará a tono…
(Con información del portal Qué)