CARACAS.- Para comprar productos regulados en Venezuela, se hace por dos vías: utilizando captahuellas y por terminal de cédula de identidad.
Los productos regulados son 50. Esto quiere decir, que son los más baratos del mercado.
Sin embargo, los que comercian con estos productos, llamados bachaqueros, tienen diversas formar de eludir los mecanismos de control impuestos por el gobierno nacional.
Uno de ellos es con varias cédulas falsas.
El otro, complicidad con los gerentes y empleados de los comercios.
Pero hay un tercero: los militares y policías también están metidos en la movida, pues logran sacar productos de los establecimientos, con la excusas que es para «el comando».
Los bachaqueros pagan a gente para hacer las colas, también tiene un pequeño ejército de compradores que se diseminan por distintos puntos de ciudades y estados del país.
Los productos más demandados son pollo, carne, lavaplatos, pañales, leche, toallitas sanitarias, detergentes y afeitadoras.
Se bachaquea productos en comercios públicos o privados.
Estos productos luego son revendidos a un precio 3,4 y hasta 6 veces el de su valor de origen.
Sobre todo en las fronteras de Venezuela, el productos llega a las nubes.
Hasta ahora, las medidas aplicadas del captahuellas y el terminal de la cédula, no ha disminuidos ni las colas, ni el bachaqueo.
Una persona, que no es bachaquera, sino un ciudadano, pasa entre 5-6 horas para adquirir productos regulados o que escasean en la cadena de comercialización.
En Venezuela, revender productos escasos al triple o más de su precio regulado se ha vuelto un eslabón más de la cadena de comercialización.
ASI COMPRA ESTA MUJER
“Primero que todo, hay que aclarar que no todos los establecimientos tienen el sistema de terminales de cédulas. Segundo, las captahuellas no funcionan igual en todos los negocios. Hay uno que es muy efectivo donde se lee en la pantalla ‘Gobernación del Zulia’. El negocio que lo tiene te bloquea por una semana la compra de regulados. Pero, hay otro sistema paralelo que se presta a corrupción», dice una bachaquera al diario Panorama.
En componenda con cajeros o supervisores de caja, introduces cualquier número de cédula que se te antoje. Y aparece el nombre de un beneficiario, y compras.
En ese sistema metes todas las cédulas que inventes. Sacas toda la mercancía que quieras, sin necesidad de marcar las huellas correctas.
De hecho, las tres cédulas que yo uso pasan sin problemas con mis dedos. El orden para comprar es así: Primero vas a los ‘locales vagabundos’, luego rematas en el negocio que tiene el captahuellas que sirve, dice.