Señor presidente, estoy esperando que el equipo designado por su despacho para leer y revisar estas correspondencias, tenga el tiempo y la preocupación para encargarse de mi caso, el cual he planteado en varias oportunidades por este misma vía. Anhelo y con mucha vehemencia, el poder recibir unas cortas notas de vuestra parte, en las cuales se me haga saber que se esta al menos estudiando mi caso, pues ello representaría una esperanza De solución. Ya he manifestado pero nunca esta de más el indicarle que soy una persona de la tercera edad, con 64 años, pero que soy cabeza de familia, con todas las responsabilidades que ello significa. En los actuales momentos, siendo mi ultimo oficio, el de taxista, no tengo vehículo con que trabajar y por lo tanto estoy pasando hambre, tal cual como suena, literalmente pasando hambre con mi familia. Por favor necesito una respuesta a mi solicitud de un financiamiento de un vehículo taxi para poder trabajar, no importa que modelo sea, ni marca, ni si es nuevo o usado, pero necesitó trabajar, y por mi edad no puedo pasar mas años en espera de ser atendido. Ser de la tercera edad debe tener algún privilegio, y en este caso lo que solicito es celeridad, por cuanto como la letra de la canción de caballo viejo: «el potro da tiempo al tiempo, porque le sobra la edad, caballo no puede………porque después de esta vida no hay otra oportunidad’. He perdido 40 kilos de peso en un año, que se dice fácil, pero el que lleva la carga es el que sabe lo que pesa. Estoy desesperado, ya he enviado varias comunicaciones por esta vía y aún no recibo ninguna respuesta. Señor presidente, escuche el grito de angustia de un venezolano de la tercera edad, que demanda su atención y buena voluntad, su don de gente, y su empatia, para recibir una respuesta apropiada y oportuna. Espero respuesta por los teléfonos 0416-3761068 mio; 0426-9458331 de mi esposa,,o por el correo electrónico [email protected]