565.000 casas terminadas sin vender, 290.000 en construcción, 360.000 con las obras paradas. El parón inmobiliario ha trazado un mapa surrealista en España. Un urbanismo de solares vacíos, bloques desocupados y urbanizaciones a medias. Aunque allí vive gente. Muy poca. Esta es su historia.
La epilepsia inmobiliaria ha trazado un mapa raro, un urbanismo de solares y pisos vacíos, de calles sin nombre, donde una o dos luces solitarias se encienden en la noche y un edificio aparece aislado en el desierto. En los ensanches de grandes ciudades no es extraño hallar bloques habitados por cinco o seis familias. Desde sus ventanas se divisan esqueletos de hormigón y herrumbre, cadáveres de la burbuja. Tierra yerma que se urbanizó demasiado tarde, cuando la patata caliente del ladrillo empezaba a dejar llagas en las manos. En España, si quisiéramos, podríamos dar cobijo a toda Noruega MAS DETALLES