El mexicano Manuel Valenzuela sufrió uno de los golpes más duros de su vida cuando Estados Unidos, el país por el que peleó durante años en la jungla vietnamita, le comunicó por carta en 2009 el inicio de su proceso de expulsión.
Valenzuela, de 58 años, se siente traicionado. No sólo porque defendió en misiones de alto riesgo la bandera de este país, sino también porque ha vivido en él los últimos 55 años y porque su madre era estadounidense; igual que sus hijos, sus nietos y su mujer. Él, sin embargo, nunca llegó a solicitar la ciudadanía.
Eso le habría protegido de la orden de deportación que ha recurrido ante los tribunales. Cometió varias faltas menores, entre ellas una multa por exceso de velocidad y un insulto a un policía, lo que en EE.UU. es motivo suficiente para expulsar a un extranjero residente legal.MAS DETALLES