Grecia está en crisis, al igual que Portugal, Irlanda, España e Italia. De todos ellos, los helénicos están en terapia intensiva.
No tienen como pagar y sometieron a su pueblo a las peores humillaciones en materia económica.
Para salir de la crisis, necesitan dinero fresco, préstamos y confianza d elos organismos crediticios.
Los lideres de la eurozona recientemente aprobaron una serie de préstamos para el país, pero con la exigencia de que tomara nuevas medidas.
En ese contexto, cuando todo parecía estar listo, el Primer Ministro Griego, les echó tremenda vaina.
Llamó a celebrar un referéndum para aprobar o no el nuevo plan de ayuda, a celebrarse, probablemente, en diciembre
Si triunfa el no, es decir, no estar de acuerdo con nuevas medidas, Grecia tendrá que romper el cordón umbilical con el euro, y volver a su antigua moneda, el Dracma.
Eso no es todo…
Sobrevendría devaluaciones, corralitos, inflaciones, muertes, protestas, suicidio, y todo lo que conocemos de otros países que atravesaron situaciones similares, como Argentina, por ejemplo.
La mayoría de la deuda griega la tienen los bancos alemanes y franceses. Es por ello que sus Primero Ministros están corriendo todos los días para evitar el «default» de Grecia.
Están protegiendo sus intereses.
Si caen los bancos franceses y alemanes ante el impago de Grecia, se llevarían, a su vez, por los cachos a los poderos bancos estadounidenses
Es decir, el cataclismo financiero mundial está a un paso…
RUBEN MARCANO
Periodista