En Europa, así como en otras partes del mundo, los políticos invitan a ruedas de prensa para que no haya preguntas. Los periodistas deben conformarse con dossier informativos facilitados por los servicios de comunicación del funcionario.
En Venezuela, la cosa va más alla: con frecuencia observamos en transmisiones en vivo por los canales del Estado, como los comunicadors se autodregadan al ceder a la fuente informativa hasta la moderación de la transmisión
Es una conducta que se hizo patente en el gobierno del Presidente Chávez, que poco a poco fue secundada por sus diferentes ministros.
Desde Juan Carlos Loyo hasta Ricardo Menéndez, muy activo en esto de quitar el micrófono al comunicador, la mayoría quieren ser protagonistas, periodistas y funcionario público al mismo tiempo.
Incluso, Loyo, suele realizar entrevistas como si nada, incurriendo en flagrante violación de la Ley del Ejercicio del Periodismo.
Ya sabemos que los periodistas venezolanos defienden a Chávez o se oponen a éste, esa no es novedad. Y es lo que hay, como dirían los españoles.
Sin embargo, sin lo anterior es el entierro del periodismo, ni que decir de esta conducta blandengue, servil, antiprofesional de comunicadores que se prestan al show de ministros, y no a informar a su audiencia
RUBEN MARCANO