Jean-Guy Allard. Mientras el propio Departamento de Estado asegura que la única información que EE.UU. tiene sobre la salud del Presidente Hugo Chávez es la que se ha publicado en los medios, el diario ultraderechista de Miami, El Nuevo Herald, identificado con la mafia cubanoamericana, se encontró otro “especialista” para predecir lo que le conviene.
Sin haberlo visto nunca ni de lejos, el “doctor” José Marquina —acerca del cual El Herald no da gran referencia— afirma que el Presidente venezolano padece de “un cáncer sumamente raro” que se encuentra en una etapa “tan avanzada” que es “básicamente incurable”.
Una búsqueda en los archivos revela sin embargo que Marquina, médico venezolano que escogió abandonar su país para ejercer su arte en dólares, no es ningún oncólogo, sino que se pretende especialita en “pulmonología” y que rentabiliza su clínica con la “medicina del sueño”, la cual “prácticamente cura a todos los pacientes”.
En entrevista con el sitio web comercial D’Latinos que lo promocionó, Marquina, con un discurso de charlatán, explicó hace unos meses que el “sueño nos sirve como un proceso de destoxificación (sic) del cerebro, para reemplazar los neurotransmisores”.
Siempre según D’Latinos, Marquina dispone de “una sala con monitores que muestran las habitaciones donde los pacientes pasan las noches, con computadoras que guardan los gráficos de los electroencefalogramas de los mismos enfermos, con aparatos que ayudan a respirar a estos pacientes”.
“Él se encontraba en su salsa (sic), donde podía explicar y mostrar todo aquello sobre lo que hablaba”, precisó D’Latinos.
El Herald, en su reporte de propaganda, característico de este periódico que se dedica diariamente a atacar los países progresistas de América Latina, califica a Marquina de “respetado médico” quien “realizó sus estudios de postgrado en Medicina en el Hospital Jackson Memorial y actualmente ejerce en Naples”.
El venezolano expatriado es profesor de Nova Southeastern University, subraya el rotativo, cuando el propio Marquina se define como “profesor asistente clínico” y su nombre ni aparece en la lista del personal de esta institución de mediocre reputación.
Hace unos meses, la campaña de la prensa privada sobre la salud del Presidente se apoyaba sobre el “testimonio” de Salvador Navarrete, un supuesto “ex médico personal” de Chávez, quien aseguraba que al gobernante le quedaban solo dos años de vida. Pronto fueron desmentidas las aserciones del médico que nunca había sido lo que pretendía ser.
En el pasado, en muchas oportunidades, las declaraciones más alarmantes acerca del líder bolivariano procedían de las oficinas de los ex funcionarios norteamericanos Roger Noriega y Otto Reich, famosos por su actividad en materia de propaganda sucia contra quien lucha para la soberanía de América Latina, y por su vinculación con las redes de la inteligencia norteamericana.
Fuente:
Granma Cuba