El secretario general de Acción Democrática, Henry Ramos Allup, bajó ayer una línea estratégica a su partido -sobre la que dijo «no se admite discusión»- y es la de desarrollar la campaña proselitista para las elecciones presidenciales de octubre atendiendo al derecho a rectificación de quienes apoyaron al Gobierno de Hugo Chávez.
«¡Cero jugar cuadro cerrado! Nada de estar poniéndole la mano en el pecho a alguien que estuvo con el chavismo y comprendió su error. Para ganar tenemos que sumar (…) Nosotros no podemos andar en plan de cacería, eso le da argumentos a Chávez», dijo Ramos durante un discurso de 55 minutos en el marco de la instalación del «Comando Metropolitano de Adecos con Capriles».
Esta plataforma persigue resolver «problemas de ensamblaje» para optimizar la participación de AD en la victoria del 7 de octubre, para lo que pondrán «alma, vida y corazón», aseguró.
La intervención de Ramos estuvo dividida en dos partes. Una sobre la situación política nacional por las dificultades que enfrenta el alto Gobierno por la enfermedad del Presidente y la incertidumbre y temores para su relevo.
Otra, para instruir y reconvenir a su colectivo partidista y a «muchos bobos que no han terminado de entender lo que tenemos por delante» y promueven «operaciones de suma cero». También criticó que algunos, que tampoco identificó, pretendan constituir un nuevo partido político «recogiendo un chatarrero», así como alertó que los que creen en la salida «fast track» y «mandan a librar guerras mientras ellos se quedan en casa» siguen activos.
Armas, dinero y miedo
La TV tuvo dificultad para transmitir en vivo completa la intervención de Ramos Allup, por el estilo coloquial, a ratos salpicado de palabras vulgares para arengar al público. «¡Púyalo!» gritaban algunos activistas entusiasmados y risueños.
El acto se realizó en el Colegio de Ingenieros y contó con la presencia de candidatos de la Unidad e invitados de partidos aliados, como el alcalde Antonio Ledezma; el secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad (MUD), Ramón Guillermo Aveledo y el jefe del Comando Tricolor, Armando Briquet.
Para Aveledo y Briquet, Ramos tuvo palabras de reconocimiento por sus esfuerzos de concordia y solución. También ratificó que está «gratamente sorprendido» por la actitud amplia demostrada por el candidato presidencial de la Unidad, Henrique Capriles Radonski.
Anunció Henry Ramos que realizará pronto dos viajes al exterior. Uno para acompañar a Capriles a España, donde éste se reunirá con el gobernante Partido Popular, así como con el PSOE, organización fraterna de AD. El otro viaje, sin precisar destino, dijo será para recibir información privilegiada sobre la situación del alto Gobierno, «de gente de aquí que se va pa’ allá».
Ramos afirmó tener «más información de la que podemos procesar» y dijo que «el Gobierno está patidifuso y atarantado». Alertó que hay un sector que ante la certeza de que Hugo Chávez «está enfermo de manera grave» ha comenzando a hablar de autogolpe, por la seguridad de que a cualquier posible sucesor «Henrique Capriles le daría una paliza».
Henry Ramos aseguró que hay un grupo que «tiene armas, real mal habido bien colocado y miedo». En este contexto habló del asesinato el jueves del general (Ej) Wilmer Moreno, de quien recordó fue el primer jefe del Plan Bolívar 2000, segundo en la DIM y jefe de la Guarnición de Mérida.
Insistió en que hay algunos que «quieren salvar privilegios usando a la FAN como un todo cuando no tienen su control de un todo (…) La FAN no son (Henry) Rangel Silva ni (Clíver) Alcalá Cordones. La FAN es un gentío honorable». Comentó que muchos jerarcas «están guardando papeles» para cubrirse la espalda, como lo hizo Eladio Aponte, «que habló para salvarse, no por ninguna causa noble». «El de Pdvsa (Rafael Ramírez) tiene papeles, por eso es que no se lo pegan». Insistió en que los que quieren conservar su posición «están dispuestos a lo que sea (…) No podemos permitir que quienes tienen real, armas y culillo echen un vainón».
Por eso, Ramos Allup defendió su tesis de tender puentes de diálogo con sectores del chavismo, porque la mayoría «no se cala a la cúpula militar» en caso de morir Hugo Chávez./EL UNIVERSAL