Este martes escuché con atención al Presidente Maduro en la Asamblea Nacional, en el que solicitó poderes especiales para atacar la corrupción y guerra económica.
Debo decir que me pareció muy académico, muy catedrático, sin mucha conexión con los sectores populares, sin pedagogía para clarificar qué es lo que está pasando en el país, y las causas/consecuencias del derrumbe económico en la actualidad.
Sin embargo, rescato una frase que me gustaría poner en liza: “Burgueses de cuello rojo”.
Se refería, obviamente, el Presidente a la corrupción en el chavismo, llamada por sectores opositores como “Boliburgueses”.
Efectivamente, Maduro ha atacado la corrupción y ha dado algunos golpes (Seniat, Bandes, Indepabis, Sidor, etc.), sin producir hasta ahora efectos en las masas como para pensar que se va en serio en este renglón.
El país ha sido carcomido por la corrupción y los gobiernos anteriores, ni este, han plantado cara de forma efectiva. Ni a nivel institucional, ni judicial. La impunidad en esta materia es colosal.
Venezuela está en la lista de los 10 países más corrupto del mundo, al lado de países africanos y despóticos personajes.
No me atrevería a decir que ha sido uno de los gobiernos más corruptos, porque no hay estudios comparativos ni mediciones al respecto, pero es necesario reconocer que el problema existe y es de gran magnitud.
Apelando a la memoria reciente, aquí van algunos sonados casos: Air France, comida fondeada en mal estado, los 20 mil millones dilapidados en Cadivi por empresas de maletín, los rascupos, las empresas de Guayana; el exgobernador de Guárico; Rafel Isea; INH; Bandes; el maletín de Antonini; las cuentas en paraísos fiscales de connotados miembros del gobierno, entre otros que se escapan de la memoria.
Los hay también, muchos y graves en el sector opositor, que siempre ataca al gobierno por ese lado, pero obviando sus males.
El tema de la corrupción no es para ponerse en cada esquina a escupir para ver quién lo hace más fuerte. Es un mal que nos incumbe a todos y que venga de donde venga, debe ser atajado y atacado de raíz. Sin contemplaciones.
En consecuencia, hay que evitar a toda costa que los “Burgueses de cuello rojo, blanco, verde, amarillo o de cualquier color”, sigan burlándose de la mayoría de venezolanos honestos, que se parten el lomo estudiando y trabajando para tener un mejor país o al menos mejor calidad de vida.
No merecemos que el país siga por esta senda, donde los que gobiernan tapan a sus amigos porque no es conveniente, y además piden que no seamos críticos ante estos desmanes, porque les conviene seguir disfrutando del poder y el dinero del Estado venezolano, que nos pertenece a todos y que demandamos sea administrado con transparencia y rectitud.
Eso le pedimos al Presidente Maduro, que actúe, con o sin Habilitante. Que comencemos a ver caer los peces gordos, sean rojos o amarillos, sean maduristas, chavistas o seguidores de Diosdado. Sean de Primero Justicia, Voluntad Popular, del PSUV o mandados por el “imperio”.
La mano para ejercer la justicia debe ser ciega en ese sentido, y firme.
De lo contrario, esos poderes que hoy pide el Presidente para luchar contra algo que nos ha sobrepasado como sociedad, será una artilugio más para crear expectativas sin concreciones.
Rubén Marcano
@rubenmarcanob