Miles de ciudadanos yemeníes se manifiestan en la capital, Sanaa, y exigen la renuncia del presidente Ali Abdullah Saleh, que lleva más de 30 años en el poder. Haciendo referencias a la revuelta tunecina, los organizadores han llamado a protestar contra la falta de libertades, contra la corrupción y las políticas económicas, en un país donde más del 40% de la población sobrevive con menos de 2 dólares al día.