Desde mucho antes de que aparecieran los ritos cristianos de sepultura, ya griegos y romanos consideraban necesario enterrar a los fallecidos pues no hacerlo los convertía en espíritus que vagaban por el mundo y esparcían maleficios. ¡Guillo! Los herméticos, por su parte, dicen que «como es arriba es abajo y viceversa», de modo que si el cuerpo del líder político, convertido en momia, está guardado en una funeraria de Florida como si fuera un coroto en consignación, lo más seguro es que su alma también esté en pena, deambulando entre pailas de diverso número. Mucho cuidado como le hala las sábanas a algunos por estos lares.
según las informaciones provenientes de Estados Unidos, seguirá así al menos hasta marzo, mientras sus dos viudas se querellan (por el cuerpo y vaya usted a saber por qué más) en una corte de allá. Es bueno aclararlo, porque si el asunto estuviese pasando acá, si fuese culpa del atávico retardo procesal y de la proverbial indolencia de los tribunales locales, ya Diego Arria hubiese denunciado al rrrrrégimen ante organismos interplanetarios por tan condenable violación de los derechos humanos de un célebre cadáver. MAS DETALLES