Bradley Manning, un joven militar estadounidense que estaba movilizado en Irak, tuvo acceso a la red SIPRNET de la que proceden los cables. Aburrido, con pocos amigos y maltratado por sus compañeros por su homosexualidad, Manning le contó al ex hacker Adrian Lamo que había entregado a Wikileaks unos 260.000 informes y cables del Departamento de Estado y de las embajadas. “Entraba en la sala de informática con un CD regrabable de música que decía algo como ‘Lady Gaga’, borraba la música y grababa los archivos”.